El año pasado no cogí ni una triste mora, así que este año decidí que esto no podía seguir así y que después de los exámenes de septiembre tendría que dar solución al problema de las moras. Justo antes de los exámenes ya empecé a ver muchas zarzas llenitas de moras, y mucha gente recogiéndolas, con lo cual pensé que no quedaría ni una para cuando yo estuviera libre; pero al final sí que conseguí llenar un par de bolsitas con la ayuda de Mork el pasado fin de semana.
Con ellas tenía pensado hacer un pastel tipo «campiña inglesa», que es el nombre que pongo a esos pasteles con una rejilla de masa quebrada por encima 😀 Es la primera vez que lo hago y, aunque la masa no me quedó perfecta, os aseguro que el pastel está muy bueno.
La receta del pastel es de aquí y la de la masa quebrada de aquí.
Ingredientes:
Masa quebrada:
- 390 gramos de harina
- una cucharadita de sal
- 50 gramos de azúcar
- 280 gramos de mantequilla bien fría, cortada en dados
- 120 ml de agua helada
Crema de queso:
- 250 gramos de queso tipo philadelphia (una tarrina)
- un yogur natural
- una cucharadita de maizena
- medio vaso de azúcar blanco
- ralladura de un limón
Moras:
- 3 cucharadas grandes de maizena
- medio vaso de azúcar moreno
- 1/4 cucharadita de canela
- 1/4 cucharadita de sal
- 3 vasos de moras lavadas y secas
- 25 gramos de mantequilla derretida
- una cucharada de zumo de limón
Elaboración:
Masa quebrada:
Se echan la harina, el azúcar y la sal en un bol y se mezclan bien. Añadimos la mantequilla en dados y, ayudánonos con las manos, vamos aplastándola y mezclándola con la harina, hasta que nos queden como migas. Esto es un proceso lento y hay que tener bastante paciencia; no obstante, deben de existir unos cortadores llamados «pastry blenders» que sirven para este proceso (y que yo no tengo, claro está). Lo bueno es que luego todo tu ser huele a mantequilla 🙂
Luego vamos echando el agua cucharada a cucharada y amasándolo todo con cuidado. Si ves que ha quedado una pasta firme y no has necesitado todo el agua, no eches más (que fue lo que hice yo, y por eso no quedó bien del todo).
Hacemos una bola con la masa y la envolvemos con papel film. La dejamos en el frigorífico al menos durante una hora, mientras hacemos el resto del pastel.
Crema de queso:
Ponemos todos los ingredientes en un cuenco y los batimos bien. Reservamos hasta el momento de montar la tarta.
Moras:
Ponemos en un bol el azúcar, la maizena, la canela y la sal y mezclamos bien. Se añaden las moras, el zumo de limón y la mantequilla y recovemos bien para que todas las moras queden cubiertas con la mezcla.
Montaje:
Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos un molde redondo untándolo con mantequilla y espolvoreando harina por encima.
Una vez todo preparado, extendemos la masa sobre una superficie enharinada y la estiramos con el rodillo, hasta que quede de un grosor de medio centímetro. La colocamos con cuidado sobre el molde y le damos forma.
Cortamos el sobrante, hacemos otra bola y lo estiramos de nuevo con el rodillo, esta vez para cortarlo en tiras. A mí me gustan anchas, pero eso es a vuestra elección.
Echamos la crema de queso sobre la masa; luego la mezcla de las moras, y por encima ponemos las tiras de masa quebrada, poniendo una por encima y otra por debajo formando una rejilla. Cortamos los sobrantes. Pintamos con huevo batido y horneamos a 175º C durante una hora.
Dejamos enfriar y ya podemos disfrutar de este delicioso pastel.